miércoles, 29 de octubre de 2008

Súplica


Róbame un segundo.
Necesito que lo hagas
ya estoy cansándome
de regalarte mis mañanas

Mírame con descaro,
quiero sentir que existo
responde a mis insultos
con rabia de la que jamás he visto

Grítame cuando te grito
pretendo dejar de amarte
rétame a un duelo de mentiras
que mirándote a los ojos yo puedo ganarte

Ámame cuando no te ame
deseo tramar mi juego
amarte es lo que hago
dejare de hacerlo luego.

Descíframe en la sonroja
confundo como decirlo
leo en tus ojos algo
mas en papel no puedo escribirlo

Compréndeme en mi locura
ojala algún día comprendas
lo que buscas es perfecto
y lo perfecto ti no te busca.




Clítoris Pensante

martes, 28 de octubre de 2008

Salvaje ayer.


Cuando tuve la sal no tuve el agua para llenar el mar,
cuando tuve el agua no tuve la sal para llenar el mar,
cuando tuve el mar no tuve la idea,
cuando tuve la idea tenía en la boca
de diez mariposas,
tres de ellas locas.
De donde viene el color de la rosa,
no de aquella que lastima las fosas sepulcrales donde reposa
la pena delgada entre la noche y la nada,
sino de la que da en la mañana
calor de entrelazada mesura y destreza, regada de valles tallados en bosques.


Quise saber de que estrella caía la lluvia,
pinté sin fanatismo cada collar de aceitunas
para que en sus ojos no falte ni una sola señal
de paz y hermosura.
En la boca una ola me lleva cada una de las palabras
que pesco en la orilla,
de arena y de conchas
se forran mis encías.
Cuando el mar nos buscó
nos encontró vacías.

El cielo no reza canciones de cuna,
arrebata de las pupilas
el último sol eterno
y en campos de flores secas
regala entusiasmo en frascos de sonrisas
con manchas repletas,
colgada de un alto vuelo
huye la paloma del viento.

El simple espacio entre sus labios y los míos,
esa grieta de tiempo escrito con crayones de cera
por un niño de tres años.
No deberían existir unos labios que le correspondan
cuando otros me corresponden a mí.
Debimos ensamblarnos pero en vez definitoria

en el instante siguiente de empezada la historia.


Tuve el azúcar en mis manos
y un cometa armado con partes iguales
recogidas en mis ensueños.
No pude insistir en el encuentro
de un cuerpo dividido en besos,
ya no puedo tomar al ave por las espaldas
sin querer dejarlo libre danzando entre velos
de un dios semi cierto repleto de errores,
repleto de aciertos.
Como el mejor de tus besos,
como el más cruel recuerdo.


Clítoris Pensante